lunes, 21 de febrero de 2011

Festimad "El Alamein" 2005

Con motivo del cincuenta aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial, el Exmo. Ayuntamiento de Fuenlabrada celebró el pasado fin de semana una recreación a gran escala de la formidable batalla entre ingleses y alemanes que tuvo lugar en El Alamein. Tormentas de arena, escasez de agua, alimentos en mal estado, amasijos de hierro en llamas, desesperación, llanto, angustia, violencia y sol, socarrante y severo solazo; sobrecogieron a los asistentes que, asombrados, elogiaban al ayuntamiento con gritos, vítores y silbidos por lograr tan brillante reproducción del célebre acontecimiento histórico.

La conmemoración incluía también un parque temático sobre los horrores del nazismo. Se trataba de la fiel reproducción de un campo de concentración con 25.000 personas hacinadas a grandes temperaturas y sin agua, que si bien tenía más parecido con los campos de refugiados de la Guerra de los Balcanes, las labores de identificación y cacheo a las que graciosamente eran sometidos constantemente los participantes recreaban inconfundiblemente la ardua labor de las SS en la Europa del Este.

Como en todo festejo que acontece en la piel de toro, no podía faltar música. Acompañando las labores de recreación histórica, a lo lejos, se ofrecieron algunos conciertos para amenizar la asistencia del público allí congregado. Cabe señalar lamentables sucesos protagonizados por individuos de las étnias periféricas del Estado español, que si bien exigen que se respeten sus lenguas y dialectos primitivos, no hacen lo mismo con los pintorescos idiomas del interior de la península. Lo que dio lugar a equívocos cuando estos irrespetuosos ciudadanos leyeron en la web del Festimad que la zona de acampada era un "terreno mullido y tupido de hierba, en su mayoría, está sombreado por árboles" que en español puede querer decir algo parecido a lo que suena al leerlo, pero que en castellanomanchego significa, literalmente "páramo, secarral o solana de tierra baldía coronada por un pequeño arbol muerto que señala la cota más alta".

En lo que a mi respecta, no me lo pasé mal. Salí del trabajo el jueves a mediodía y me fui a ver a RIP KC al Paraninfo de la Complutense para entrenar un poco eso de estar de pie e hidratado a base de alcohol bajo altísimas temperaturas. El concierto de los de Vallecas fue como siempre excepcional, aunque me llamó más la atención que los organizadores del evento, que debía ser algo en favor de Venezuela, aparte de ser feos y granulentos, llevaban camisetas de la Alemania Oriental, con dos cojones. No sé si de broma o reivindicándola. Me creo cualquier cosa. El caso es que ahí comencé una giña que duró hasta que nos personamos al día siguiente en Fuenlabrada para el Festimad y, en lugar de enlazar, empezó otra bien distinta: Fui ordenado maño honorífico por mis colegas, que me hicieron entrega de un cachirulo y una bota de vino. Estoy pensando que con todos los títulos nobiliarios que ostento, "Álvaro I de España y III de Castilla, Subhumano II de Romería Gallega Palangana de Sevilla y Baturro de Honor", -todo galardones obtenidos a manos de naturales de dichas provincias con el sudor de mi frente en épicos y severos megaciegos- cuando mi hijo herede esta carga nobiliaria y todas las responsabilidades que conlleva el pobre no va a pasar de los trece, (si es hija la meteré a monja con la intención de follarme el Acueducto de Segovia -esto es un guiño para las manadas de fans de Gómez de la Serna que se amontonan en internet) así que cuando la muerte me lleve creo que abdicaré en mi padre para alargar la vida de mi retoño algo más de lo que esta carga genética supone. En cuanto al festival, ejerciendo de maño, le grité con todas mis fuerzas cachirulo en ristre "Maricón, Maricón" a todos los melenitas que se subían a un escenario; aunque luego me metí en mi papel real y me dediqué a contestar a todo lo que se me decía: "España, España, España". Así me preguntaban:

-¿Tienes un cigarro?
-¡ESPAÑA! ¡ESPAÑA! ¡ESPAÑA!

-¿Sabes que eres muy guapo?
-¡ESPAÑA! ¡ESPAÑA! ¡ESPAÑA!

-¿Podrías vomitar por favor en el interior de otra tienda de campaña que no sea la mía?
-¡E-PAÑA! ¡E-PAÑA! ¡E-PAÑA!

popez.jpg
Sobre un campo de hules, una bota de Montemelo 0,49 euros/l. Carrefour


De todas formas, lo mejor del Festimad llegó cuando, de casualidad, leí la noticia que daba el mejor diario de España y uno de los más prestigiosos del mundo, El País, el domingo. La firma Fernando Martín, que supongo que se querría ir de fin de semana a la playa o algo y la dejó escrita el jueves. Atención:

  • "La actuación de Prodigy puso punto final al Festimad 2005": Cierto, pero cuando yo leía estas líneas aún no había empezado el concierto.
  • "Fu Manchú dieron también su correspondiente dosis de sonidos al borde del estallido de tímpanos": Se suspendió por la tormenta de arena a los cinco minutos. Y era el único puto concierto que yo había ido a ver. Me cago en mis putas muelas.

    Luego F.Iñiguez firma una columna al lado:

  • "Las contradicciones oficiales [políticas, porque fue la ministra] sin embargo, no empañaron ayer el buen funcionamiento de la segunda jornada del Festimad": Un funcionamiento cojonudo. Se suspende Fu Manchu nada más empezar y no se reanuda ningún concierto más hasta cinco o seis o siete horas más tarde.
  • "Mejor ubicados y definitivamente tomadas las medidas del recinto por los asistentes (...) todos se desenvolvieron con presteza y animosidad": Así es como el colega F.Íñiguez se refiere a que la gente quemara los coches de propaganda del festival y asaltara los puestos de comida mientras los organizadores huían despavoridos y acojonados previendo un linchamiento.
  • "Poco importaba que el polvo siguiera siendo el protagonista principal": No importaba nada, unas ocho mil personas aproximadamente con mascarillas, alérgicos evacuados, gente llorando, otros con la cabeza dentro de la camiseta. Era jauja.
  • "Y eso a pesar de los frecuentes riegos con mangueras de los camiones cisterna": Esto ocurrió una vez creo que durante Mondo Generator. Y consistía en regar a las tías, en especial a dos que se dieron un morreo mientras las calaban. Yo, en mi hijaputez, cuando arreciaba la tormenta de arena en su máxima intensidad me reía entre dientes pensado cuan encroquetado sería su estado en ese momento.

    En fin, si eres periodista y te invitan a un festival, te dejan una grada para que seas el único de los veinticinco mil que se puede sentar en condiciones, te dejan mear en aseos limpios y no cagados simpáticamente por fuera. En definitiva, encima que no pagas y te tratan mejor que al que afora religiosamente su entrada, ten por favor los santos cojones de por lo menos presentarte allí y escribir lo que has visto, sinvergüenza, caradura, infrahombre, subhumano y cabrón.

    PD: Fotos del evento aquí
  • No hay comentarios:

    Publicar un comentario